
Muchas personas creen que pueden comer más cuando consumen sustitutos de grasa o alimentos con escaso o ningún contenido graso.
Aunque las comidas bajas en calorías son muy importantes a la hora de seguir una dieta restringida, es necesario mantener un mínimo de nutrientes y de grasas saludables.
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¿Valen la pena los sustitutos de la grasa? ¿Tienen algún peligro?
En teoría, los alimentos que sustituyen la grasa son un arma excelente para las personas que desean seguir una dieta de adelgazamiento. Si ya estás en forma, puedes usar este tipo de alimentos para mantener el peso corporal, aunque lo primero es que sepas en qué consisten.
Un sustituto de grasa y un reemplazador de grasa son conceptos distintos. El sustituto de la grasa es similar a ella en cuanto a sus propiedades físicas y orgánicas, mientras que el reemplazador es distinto estructuralmente a la grasa. ¡Recuerda también que los reemplazadores de grasa pueden contribuir al recuento de calorías!
¿Son inocuos los reemplazadores de grasa? Los reemplazadores de grasa pertenecen a dos categorías:
- Aditivos alimenticios.
- Sustancias reconocidas generalmente como inocuas.
Como los aditivos alimenticios no han demostrado sus características de seguridad, las regulaciones requieren investigaciones extensas, informes y pruebas para evaluar los productos y verlos aceptados. Entre los últimos de esta categoría se hallan la Olestra (poliéster de sacarosa) y la polidextrosa. La Olestra fue aprobada aunque recibió gran cantidad de publicidad negativa respecto a posibles efectos secundarios que incluían diarrea e interferencia con la absorción de ciertas vitaminas.
Las sustancias reconocidas generalmente como inocuas (mayoría entre los reemplazadores de grasa) no requieren pruebas porque los científicos ya conocen su existencia, propósito y efectos; su historia de uso seguro es ya muy larga. La celulosa, la dextrina y diversas gomas son reemplazadores de grasa.
Los buenos y los malos sustitutos de la grasa
Es muy difícil que las cosas sean exclusivamente malas o buenas y los reemplazadores de grasa no constituyen ninguna excepción. Por parte negativa, son capaces de alterar la micro flora benéfica intestinal que produce una forma de vitamina K (importante para la coagulación) y de biotina (ayuda al cuerpo a formar ácidos grasos y procesar aminoácidos y carbohidratos.
Los efectos laxantes de algunos reemplazadores de grasa también pueden ser preocupantes. Si éstos no son digeribles, como la fibra, crean más volumen de heces, lo que conduce al incremento de la defecación y las grietas anales. Si experimentas esos síntomas, prueba a reconocerlos y evita luego el alimento que los causa.
Debes decidir hasta donde llegar con los sustitutos de grasa. Debido a tu interés por adelgazar, querrás reducir la mayor cantidad posible de grasa de la dieta, pero por otra parte, te hace falta grasa para el buen funcionamiento de tu organismo e incluso para hacer ejercicio, así que necesitarás marcarte tus límites.
¿Debes o no consumir entonces reemplazadores de grasa? Cuando tomes la decisión, considera lo siguiente:
- Los reemplazadores de grasa no deben considerarse un arma para perder peso, pero si una manera de reducir el consumo general de grasa.
- Los reemplazadores de grasa juegan papeles funcionales en los productos alimenticios.
- La grasa producida de forma natural en los alimentos posee un valor nutritivo, contribución y absorción de ácidos grasos esenciales y vitaminas solubles en grasa, así como producción hormonal.
El sentido de la saciedad y la grasa
Aunque un estudio demostró que un yogur abundante en carbohidratos mantenía la sensación de saciedad durante más tiempo que un yogur abundante en grasa, solamente este no es suficiente. La evidencia científica ha demostrado la función de la grasa en el asunto de la saciedad. Hasta que no se efectúen más investigaciones, debemos seguir de acuerdo con nuestros conocimientos bioquímicos actuales.
Cuando tomas grasa, entra en acción una hormona llamada enterogastrona para inhibir la motilidad gástrica y el vaciado, lo que supone que el alimento permanece más tiempo en el estómago y proporciona la sensación de plenitud.
Esta es la razón bioquímica de que la grasa posea un elevado nivel de saciedad. Aunque la grasa puede prevenirnos contra el exceso de consumo de comida, algunas personas obesas podrían sentirse insensibles al factor saciedad de la grasa. Y algunos ácidos grasos tienen sabor que puede que no quieras dejar de consumirlos aunque ya te sientas lleno.
El mejor consejo a este respecto es organizar tu dieta para aprovechar todas las ventajas de la grasa. Si usas grasas de producción natural en conjunción con reemplazadores de la grasa, es probable que no consumas tantos carbohidratos como las personas que utilizan excesivamente reemplazadores de grasa.
Muchos expertos están de acuerdo en que el uso adecuado de reemplazadores de grasa puede jugar un papel importante en mejorar tu dieta.
Alcanzando tus objetivos
Aunque trates de adelgazar como sea debes tratar bien a tu corazón, así que reduce la ingestión de grasa al 30% o menos sobre el total calórico. Reduce la cantidad de grasa si consumes más proteína que las personas normales, pero nunca demasiado. Te hacen falta sus calorías… También tienes que hacer lo siguiente:
- Aumenta la ingestión de carbohidratos complejos para obtener energía y ahorrar proteína que es muy importante para bajar de peso.
- Mantén una ingestión calórica sana para conseguir el físico ideal.
- Consume alimentos densos en nutrientes. No sólo son los macronutrientes los que pueden alimentarte: las vitaminas y los minerales son imprescindibles. Los donuts que se venden como libres de grasa pueden no contenerla, pero tampoco contienen hidratos de carbono complejos ni una fuente significativa de vitaminas y minerales.